miércoles, 18 de abril de 2012
España y su apicultura
La primera constancia que se tiene de la relación entre el hombre y la abeja en España se remonta al paleolítico, como demuestran las pinturas rupestres de la “Cueva de la Araña” ubicadas en la Comunidad Valenciana, que representan una figura humana recogiendo miel de un panal de abejas, estando consideradas como la más antigua evidencia de la actividad apícola en el mundo.
Esta tradición apícola española también queda reflejada en las innumerables referencias que a la miel o las abejas encontramos en nombres de localidades (Colmenar, Colmenarejo, Muchamiel, etc.), comarcas o accidentes geográficos (Pico de la Miel, etc.), o la arraigada tradición de determinadas comarcas que apellidan a la miel de la zona y le dan fama internacional (Miel de la Alcarria).
Para comprender la importancia real de la apicultura dentro de la estructura agraria, hemos de tener presente, además del valor de sus producciones (miel, polen, jalea real, cera, etc.), el importante papel que las colonias de abejas juegan como polinizadores, tanto de plantas cultivadas como de especies silvestres, papel que adquiere una mayor importancia si tenemos presente que en muchas zonas son los únicos insectos que realizan esta función. Por otra parte, posibilita el aprovechamiento de zonas agrarias marginales, que no son susceptibles de otro tipo de usos.
España es actualmente el país de la Unión Europea que presenta un mayor censo apícola con 2.464.601 colmenas (Reglamento CE 1484/2004), seguido por Grecia, Francia e Italia con algo más de un millón de colmenas cada uno. Esto supone que España posee más del 21% de la cabaña apícola de la Europa de los 25.
Desarrollando esta actividad están censados más de 24.000 apicultores, de los que alrededor del 20% son profesionales. Así España también es el país de la Europa de los 25 con un mayor porcentaje de apicultores profesionales, seguida de Grecia con menos de un 18% de apicultores profesionales. A mayor distancia se encuentran Francia con menos de un 3% e Italia con menos de un 2%.
El sector profesional español maneja alrededor del 75% de las colmenas totales, con una media de colmenas por apicultor profesional próxima a las 500, lo que indica la gran dimensión de este tipo de explotaciones profesionales.
La cabaña apícola española ha experimentado un gran aumento en los últimos años. Así, en 1985, en España estaban censadas oficialmente 1.102.000 colmenas, censo que se elevó a 1.350.000 colmenas en 1990 y a 1.750.000 colmenas en 1998.
Desde ese año hasta 2007, el incremento ha sido constante hasta llegar a doblar prácticamente las cifras de la década pasada.
En cuanto a producciones, España es el primer productor europeo de miel con más de 32.600 toneladas, lo que supone más del 26% de la producción total europea y alrededor del 3% de la producción mundial, lo que nos convierte en el octavo país productor del mundo.
En cuanto a las producciones anuales de polen, éstas superan 1.000.000 kg, no teniendo datos fiables acerca de las producciones registradas en otros países europeos.
Todo ello convierte a España en la primera potencia apícola europea y en una de las más importantes en el ámbito mundial.
El sector apícola español presenta una serie de peculiaridades estructurales que lo diferencian del sector en el resto de Europa. De una parte más del 52% del censo apícola nacional español se encuentra distribuido en las Comunidades Autónomas de Andalucía (500.000 colmenas), Extremadura (400.000 colmenas) y Comunidad Valenciana (390.000 colmenas), zonas fundamentalmente de clima cálido. Los apicultores profesionales de estas Comunidades Autónomas suelen realizar importantes movimientos trashumantes, generalmente sur-norte, a lo largo de todo el año. Otra característica diferencial es que en estas Comunidades Autónomas el tipo de colmena predominante (más del 75% del censo) es del tipo Layens, siendo habitual que un solo apicultor maneje explotaciones con varios cientos o miles de colmenas.
Este tipo de manejo y las características climatológicas de estas zonas, favorecen la presencia de cría en las colmenas durante la práctica totalidad del año.
Este modelo de apicultura es muy diferente al que se puede encontrar en otras Comunidades Autónomas del Norte de España, que se podría asemejar más a la desarrollada en otros países europeos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario